domingo, 8 de mayo de 2011

En solo un momento...

... levantaremos pasión por las aceras. Haremos que cada canción de amor hable de ti y de mi, haremos sonar cada palabra como si fuera lo más bonito que hubiéramos escuchado nunca. Conseguirás que me duela la cara de tanto sonreír, y harás que quiera detener el tiempo a cada segundo, como si se me escapara de las manos y sólo yo tuviera la facultad de hacer que esto durase toda la vida. Miraremos el mar como si fuera la primera vez, como si nunca hubiéramos visto el brillo especial que desprende a estas horas de la noche. Imaginaremos lo lejos que vamos a llegar navegando entre sus olas, y lo lejos que dejaremos el pasado, los sueños rotos, los problemas. Para empezar una nueva vida. Desde nuestro punto de vista, todo parecerá más fácil. Hasta llegaremos a tocar las estrellas con la punta de los dedos.

sábado, 7 de mayo de 2011

Profundamente.

Conozco la sensación. Sé lo que estás sintiendo ahora mismo. Girar la cabeza, verle, y sentir el corazón desbocado, a punto de salirse de tu boca. Saber que si anda cerca de tí, notarás cada centímetro de tu piel ardiendo, que tus ojos brillaran de un modo especial, que nada ni nadie te quitará la sonrisa tonta de la cara. Y oírle, oírle de lejos, pero que la voz te llegue hasta el oído, que te acaricie los tímpanos, que en un segundo haga suyos cada milímetro de tu cuerpo. Que con solo una mirada seas capaz de mover montañas, que llegues al fin del mundo solo por hacerle feliz. Conozco la sonrisa que se te dibuja en la cara cada vez que me hablas de sus cosas, de su vida, de las ganas que tienes de verle. Conozco ese brillo, conozco la ilusión que transmites en cada palabra que menciona su nombre, el sabor dulce de tu voz si me cuentas como le va, como le ha ido, y lo bien que le irá. Tienes miedo de perderle, tienes miedo de dejar de verle, de dejar de sentirle cerca. Lo sé, lo intuyo. Como ya te he dicho, conozco demasiado este sentimiento. Y no te atreves a contarme que realmente te mueres por volver a su lado, que deseas pasar cada segundo del resto de tu vida a su lado, y que le callarás a besos cuando sobren las palabras. Que entre tus brazos encontrará el lugar que perdió, que le protegerás, que le vas a querer siempre, que ni siquiera cuando se ponga triste dejarás que pierda la ilusión, la esperanza, las ganas de soñar. Te importan demasiado sus sueños como para dejar que los abandone, te importa demasiado que tenga motivos para vivir, porque si no lo hace, tú pierdes el tuyo. No hace falta que me digas que sí, que es eso lo que sientes, que no te atreves a contarme que te parece que le quieres, que esta vez le quieres de verdad, que es real, que te hace sentir absolutamente viva. No tengas miedo, vamos, te comprendo demasiado. He estado tantas veces en tu lugar. No hay que temer al amor, no hay que tener miedo de las consecuencias irreparables que va a dejar en tu corazón. En estos casos no vale el ‘mejor prevenir que curar’. No. Hay que dejarse llevar, hay que dejarse arrastrar por esta increíble fuerza que arrasa con todo. Recuerda que no pierdes nada, no tiene que importarte lo que piensen, lo que digan, lo que puedan opinar. Trata de ser feliz tú misma, y sé que tu felicidad es demasiado relativa a la suya, así que hazte feliz haciéndole feliz. Por intentarlo, no pierdes nada. Asúmelo, has caído como una imbécil. Hasta el fondo. Es el amor, que llega cuando menos te lo esperas, y donde menos te imaginas.

miércoles, 4 de mayo de 2011

En dias como estos...

Pienso en ti.
En noches como estas pienso en ti.
En el momento en que tengo los ojos inundados de lágrimas, pienso en ti.
En un segundo, todo el universo conspira y todo se transforma en ti. En tus tristezas, en tus alegrías, en la fuerza arrulladora que escondes detrás de tu sonrisa. En tus ojos, en las miradas que resuenan en mi cabeza y hacen sonar una y otra vez tu canción. Desde el momento en el que todo se desvanece y veo tu reflejo en cada esquina, las palabras se transforman hasta formar tu nombre, y el aire tiene el sabor dulce de tu voz.