jueves, 29 de marzo de 2012

No lo digas.

No hace falta.
Nadie mejor que yo se ha fijado en su pelo y en sus ojos, no hace falta que vengas y me digas que mire el brillo que tienen al mirarte, que si esa sonrisa te revuelve el estómago. Ya sé que te toca y te eleva hacia el cielo, ya sé que cuando te habla parece que se detenga el mundo y todo alrededor pierda sentido. Sé que se acerca y quieres desvanecer, que eres capaz de perderte en el mapa interior de su alma durante horas, que estás a su lado y que aunque no quieras, no existe nada más.
Sé que lo dejarías todo por abrir la puerta de su casa entre besos, que revolverías las sábanas entre sus piernas, que donde empezara el cielo, ahí estaría su cama. Que imaginas como sería coger su mano para andar durante horas, que ni siquiera te dolería un solo músculo del cuerpo, que serías capaz de hacer que fuera feliz como no lo ha sido nunca. Sé que te mueres por volver a mirar sus ojos y volver a sonrojarte cuando se crucen vuestras miradas, que te temblará la mano izquierda y el corazón y a veces, serás incapaz de articular palabra.
Ya lo sé, joder.
Ya lo sé que embruja, que cautiva, que te mira y te atrapa. Que hace que caigas en su red como si tuviera un arte magistral para enamorar, y cuando te quieres dar cuenta es demasiado tarde.
No lo digas, no hace falta. Lo sé perfectamente.
Lo conozco. Yo también lo siento.

sábado, 24 de marzo de 2012

Me gustaría que estuvieras aquí.

Faltas tú. Tú no puedes notarlo pero me faltas, eres como una especie de molécula en el oxígeno que no existe y hace que me ahogue de manera inexplicable. 
Faltas en cada trago de cerveza, en cada calada, en cada sonrisa y en cada mirada perdida en la nada.
Faltas en este bar, en mi copa, y más tarde vas a faltar también debajo mis sábanas. Faltas en mi cama cuando me acuesto y sigue fría. Faltas en la almohada porque ya no huele a ti. Me faltas en la que sería tu parte del baño y en tu plato, tu tenedor y tu vaso. 
Me faltas cuando me levanto llorando, cuando necesito un abrazo, cuando me acuesto con el corazón en la mano. Cuando me besan, porque no son tus labios los que recorren los míos y porque no es tu lengua la que me transmite mil sensaciones. Me faltas cuando me acarician el pelo y me guiñan el ojo, porque simplemente nadie podrá parecerse ni una milésima parte a ti.
Me faltas cuando son solo mis pasos los que resuenan en la acera y cuando cruzo el semáforo en rojo corriendo sin tu mano entrelazada a la mía. Me faltas porque siento que estoy sola, que aunque esté rodeada de gente y de amigos, estoy sola porque tú no estás. Y porque quizás sin ti, yo tampoco sea yo. 
Me faltas en todas partes y me faltas cuando me susurran 'te quiero' al oído. Me faltaste ayer, hoy y mañana. Me faltas porque casi ni recuerdo la tonalidad de tus ojos pese a haberme perdido tantas veces en ellos.

Me faltas. Es casi una necesidad física. Necesito tenerte al lado. Te necesito a ti.

domingo, 18 de marzo de 2012

Es duro.

... es duro mirarte a la cara y ver que no siento nada. Que no sabes lo que daría porque fuera así, porque tú, con tus ojos color miel, tu pelo oscuro y tu sonrisa de revista pudieras removerme algo en mi interior. Pero esque no puedo. Es que aunque quiera aceptarlo o no, no puedo quererte. Porque podré poner todas mis fuerzas en ello, podré imaginarme un futuro juntos, podré planear mil noches, mil escapadas y todos los besos que voy a darte. Pero aunque lo piense, cada vez que hago esos planes en mi cabeza sólo pienso que me estoy obligando a ello. Porque no soy capaz de quererte.
No a ti.
Cuando quieres a alguien de una manera tan fuerte y tan estúpidamente grande, es imposible obligarse a querer a nadie más.