martes, 29 de mayo de 2012

Acerca del amor...

¿No os ha pasado nunca que un día cualquiera, empezáis a ver a una persona de otra manera totalmente diferente a como siempre la habíais mirado?
Y entonces te empiezas a dar cuenta de que eres absolutamente incapaz de aguantarle la mirada más de 10 segundos sin agachar la cabeza, de que pasa cerca tuyo y se te revuelve el estómago, y que te toca, y parece que el corazón se te vaya a salir del pecho.
Puede que haya pasado un solo segundo desde que te dijo adiós y tú ya solo puedas pensar en cuando la volverás a ver, en que irremediablemente te acabas de partir en mil pedazos diminutos porque en solo un instante has llegado a echarla tanto de menos que parece que no vas a poder continuar. Pero en el fondo sí que puedes. Esas personas están tan lejos de tu capacidad, que piensas que por mucho que las quieras o las extrañes, que por mucho que hagas todo lo que esté en tu mano, en el fondo es algo tan irreal que tampoco eres capaz de imaginar como sería todo si realmente pudieras tenerla al lado cada día.
Y sólo sabes una cosa... que serías feliz. Feliz como esa sensación que describen las películas, los poemas y los libros, en que andas flotando por el cielo y en cada beso, te fundes en un solo ser. Feliz como no lo has sido nunca, que todo te parece más bonito, que de la noche a la mañana te vuelves un optimista innato y parece que todo sea un poquito más fácil. Hasta que todos los agujeros negros se te llenan de luz. De una luz que sólo te puede aportar esa persona, que aunque tengas cerca, sabes que está tan profundamente lejos... que toda esa pequeña distancia que en realidad os separa se vuelve inalcanzable.
Algunos lo llaman amor, yo sinceramente, hace mucho tiempo que no sé como llamarlo. ¿Cómo te puedes enamorar de alguien de quien sabes tan poco? ¿Como puedes desear pasar el resto de tu vida junto a alguien que no tienes ni idea de como se despierta, de como duerme, de qué le gusta hacer los domingos por la mañana? Si no sabes ni un detalle tonto acerca de él... Como toma el café, cuál es su comida favorita, su color, qué día de la semana odia, en qué momento se abalanzará sobre ti y en qué momento querrá estar a solas...
¿Como puedes llegar a querer tanto y con tanta intensidad a alguien que está tan asquerosamente lejos de tus posibilidades?
¿Por qué? ¿En qué momento, en qué palabra, en qué sonrisa empiezas a querer?
¿Qué ha hecho?
Es inevitable preguntarse porqué alguien con tan poco puede darte tanta vida, y otras personas que se esfuerzan en darte todo lo que son, no consiguen llegarles ni a la suela de los zapatos. Es extraño y es tan complejo... Yo supongo que los seres humanos nos pasaremos hasta el fin de los días preguntándonos cosas acerca del amor. Porqué es algo que queda tan lejos de nuestro alcance, algo que nos da miedo y a la vez nos atrapa. Porqué ni en 100 vidas seríamos capaces de entenderlo y aún así, lo único que queremos es seguir enamorándonos... Aunque sea en la distancia.
Porque sólo por ese momento en que esa persona se acerca a ti y te sonríe, cuando tú ya hace horas que parece que te has perdido en la tonalidad de sus ojos y a veces no puedes ni articular palabra... Sólo por ese estúpido instante, en que tú te sientes viva y capaz de tocar las estrellas con la punta de los dedos, todo el dolor, toda la nostalgia arrulladora que nos abarca cada noche, todas las lágrimas que derramamos... Valen la pena.

sábado, 26 de mayo de 2012

Por encima de tus posibilidades

"Sé lo que estarás pensando. Que estoy enfermo. Que no la conozco de nada. Que no hemos cruzado más que dos palabras y un precio. Pero es que, en ocasiones, la nostalgia es tan caprichosa que no necesita argumentos para doler. Se pueden echar de menos amores que jamás ocurrieron. Se pueden extrañar situaciones que jamás llegaron a pasar. De hecho, si nunca te ha ocurrido, es que nunca has querido por encima de tus posibilidades. Y si no has querido por encima de tus posibilidades, entonces tu corazón no ha pasado de ser un órgano muscular hueco que impulsa sangre. Eso es lo que pasa. Que la echo de menos. En toda su ausencia. Hasta decir basta. Añoro esos paseos que nunca dimos por el parque. Añoro esos besos que jamás me dio. Esas risas tontas que no nos echamos. Esa canción que nunca escuchamos después de no hacer el amor. Tengo que volver con ella antes de morirme del todo... Tengo que volver con ella hasta el punto en el que dejó de poder ser. Y volver a empezar juntos... por primera vez."




'Que la muerte te acompañe'.