sábado, 27 de abril de 2013

Mitades

A veces estamos destinados a perder a las personas que más nos importan. Pero ¿como aguantamos las ganas de llamar a alguien, de abrazarle, de verle, de contarle todo lo que está pasando? ¿Como olvidamos el echar de menos a alguien? ¿Cómo se borra el historial de momentos junto a una persona?
Quiero saber la fórmula. Quiero saber como se aprende a olvidar. Pero no hablo de olvidar a nadie del que te has enamorado, siempre puede, es más, siempre acaba llegando otra persona que suple ese lugar o sencillamente quizás funciona y no tienes que desenamorarte jamás. No hablo de ese tipo de olvido. Hablo de olvidar a esas personas que han sido arrancadas de tu vida sin pedirte permiso, personas que un día se fueron y no van a volver, personas de las que nunca te has enamorado ni lo harás nunca pero sin embargo, las has querido como no volverás a querer a nadie en tu vida. Eso es amor, pero no es el amor de las novelas, de las películas. Quizás es un tipo de amor más difícil de definir con un guión, con palabras, con gestos. Es algo que te llena simplemente con saber que está ahí. Algo que cuando tienes crees que siempre conservarás pero al fin y al cabo se acaba perdiendo porque todo se pierde alguna vez.
Alguien me dijo una vez que la familia, la verdadera familia, la construímos nosotros con las personas que nos vamos encontrando por el camino. Un segundo hermano, una segunda madre... Hablo de esas personas. Esas personas que superan nuestra racionalidad y hacen que realmente estemos dispuestos a dar la vida para que no nos falten nunca. Esas personas que te sacan una sonrisa con una sonrisa, que te miran y te entienden, que te abrazan y te arrancan el dolor de golpe.
¿Y qué pasa cuando ya no estan? ¿Que pasa cuando de repente esa familia se desmorona? ¿Como se puede dejar de necesitar a alguien que ha significado tu vida entera? Esa persona que era la única con la que querías compartir el resto de tu vida y tenías claro que harías lo que fuera por conseguirlo. Cuando quieres a alguien dentro de tu vida con tanta intensidad, por mucho que pasen los días, los meses, los años, nunca dejas de necesitarla ahí cuando lloras, cuando ríes, cuando ves su película preferida, cuando ves ese amigo en común que habéis dejado de ver porque ya no os une nada y sin embargo os duele demasiado porque os recuerda a algo que ya no existe…
Esas cosas no se pueden olvidar, por mucho que pongamos nuestro empeño en hacerlo. Esas personas no van a dejar nunca de vivir dentro de ti aunque haga 30 años que no has sabido de ellas porque es una llama que no se apaga nunca. Porque hay personas que realmente son tu mitad. Y cuando ya no estan, ya nunca se vuelve a vivir de verdad siendo sólo la mitad de algo. Que ya no existe.