lunes, 21 de enero de 2013

Es una pena...

Porque ¿sabes?
Aquí el único problema es que hay cosas que por más que las busques no las vas a encontrar. Puedes mirar donde sea, puedes esperar sentada a que un día llegue, y te resuelva los problemas en un momento. Alguien que esté contigo cuando lo único que quieras hacer es beber chocolate caliente y tumbarte en la cama simplemente para mirar el techo. Alguien a quien buscar a las doce de la noche cuando es demasiado tarde como para pensar con claridad y apartar sola todos tus miedos de encima. Alguien que te despierte sonriendo, alguien que tenga esa mirada que encuentres cada noche justo antes de dormir. Alguien que te calme cuando te despiertes llorando por una pesadilla, o alguien que pueda venir contigo a cualquier parte del mundo.
Pero a mi ya me da igual todo eso, porque ya no soy capaz de imaginar ninguna de esas cosas sin que estés tú en ellas. Y puedo planear todo el día lo que haría o dejaría de hacer contigo, aunque sólo sean planes que acabaran en el fondo de un cajón y al releerlos me saquen una sonrisa. A mi me da igual que estés a cinco minutos o a diez años luz porque sé que aunque no te vea siempre te acabo encontrando. En cualquier sitio. En ese atardecer que imaginé que pasábamos en la playa, o en la punta de esa montaña donde me quedaba dormida mirando las estrellas. En los deseos que pedía cuando miraba el reloj, en todas las cosas pendientes que tenía que haber hecho con otras personas, porque ahora haga lo que haga soy incapaz de pensar en ellas y no verte a ti. 
Por eso, es una lástima que por más que busque, y por más que venga lo que venga,
no encuentre a nadie que se parezca a ti. 
Y estoy segura de que hay personas mejores que yo, y hay personas que podrán hacer todo lo que a ti te apetezca hacer en cada momento, personas tan desequilibradas como tú y como yo que podrían hacerte mucho más feliz. Pero no quiero. No quiero que las encuentres. Y me siento como una idiota cada vez que pienso que habrá muchas cosas que no voy a hacer contigo, como morirme de calor, ir a la playa y que no estemos a tres grados, pasarme el día entero sin hacer nada, abrir los ojos y que me pidas que no te mire así, y sonreír... Porque no puedo evitarlo. Porque pese a todo ello, y aunque sigas sin soplar las velas a mi lado, o aunque estés tan lejos que a veces hasta duela, no puedo evitar que me de igual, que sepa que ni quiero ni podré encontrar a nadie con quien vivir todo lo que quiero vivir contigo. Porque sí puedo, y tú también. Pero ya no quiero hacerlo.

Si mi magia ya no te hace efecto ¿cómo voy a continuar?
[http://www.youtube.com/watch?v=yYM3BjI_43I]