domingo, 12 de agosto de 2012

Todavía.

No sé porqué me he puesto a escribir hoy, ni ahora.
No puedo dejar de pensar en ti, quizás el problema es que ni siquiera lo he intentado pero aun así, en el fondo quiero dejar de sentir esta revolución en el estómago cada vez que veo tu sonrisa en una foto, en un recuerdo... Me duele pronunciar tu nombre y me duele recordarte. Parece como si esta vez fuera real que mi corazón se rompió cuando te vio marchar.
No podía pensar en nada que estuviera relacionado contigo, porque sentía en el pecho que algo me oprimía, que era verdad que esto de querer a alguien dolía... Pero todo me recordaba a ti.
Es el problema, algún día quiero que me enseñes como fuiste capaz de llenarme tanto con tan poco... ¿Como? No sé, llega un punto en el que me pregunto si no me estaré volviendo loca y simplemente me esfuerce en recordar lo que decías, lo que hacías, como sonreías... Porque entonces yo era la persona más feliz del mundo., y puede que quiera seguir sintiéndome así. Pero ahora es distinto porque después de cada recuerdo feliz llega como un hachazo la consciencia de que ya no estás aquí de verdad, de que no voy a volver a verte jamás. Aunque me muera por hacerlo ni va a pasar ni quiero que pase, no debe suceder, y sólo a veces soy capaz de entenderlo. Creo que jamás terminaré de creerme de que ya no voy a volver a hablarte ni a reírme contigo, ni volverás a tocarme, ni a preguntarme estupideces con tu voz... Joder, adoraba tu voz. En realidad adoraba todo lo que hacías y dejabas de hacer, jamás me había visto tan dispuesta a dejarlo todo por nadie, a hacer lo que hiciera falta... Absolutamente lo que fuera.
Ves, sigo dándole vueltas al tema. ¿Porqué no soy capaz de asumir que se ha acabado? Nunca se gana la primera vez, y quizás dentro de mucho tiempo cuando vuelva a sentir algo parecido, salga bien. Creo que merezco de una puta vez que las cosas me salgan bien, dejar de sentir este vacío dentro. Pero si sigo atada a tu recuerdo es imposible que lo consiga. Pero esque no puedo desatarme, esque no quiero hacerlo... Y entonces ¿qué hago? Si aunque sea un segundo, todavía no hay nada ni hay nadie que me haga sentir igual aunque sea al pensar, al recordar...
No sabes cuanto me jode, y prefiero que no tengas ni idea y que pienses que tampoco sentía tanto como te dije, que en dos días te iba a olvidar. Ojalá fuera así...

miércoles, 8 de agosto de 2012

Hoy no he venido aquí para hablarte de amor.

No quiero que te asustes, hoy no he venido aquí para hablarte de amor.
Te he venido a devolver todo lo que me diste tiempo atrás.
Sí, ya ves, parece que ocupe mucho ¿verdad? Parece mentira como en tan poco tiempo una persona pueda llegar a dejar un hueco tan grande. 
Si te parece, voy a empezar por el principio. Guardo cada pequeño detalle, guardé cada milisegundo en esta caja y a veces se escapan algunos por la ranura, tengo que empezar a controlar esto de intentar recordarlos. 
Aquí está el primer bote. El primer segundo, el que iba a decidir todo lo que vendría después. ¿Parece mentira, eh? Sólo contiene una mirada, pero con algo tan pequeño como el reflejo del sol en tus ojos verdes se empezó a escribir esta historia. 
Aquí tienes tus sonrisas, algunas de las que me dedicaste a mi y todas las que te robé a veces cuando estabas pensando en tus cosas y clavabas la mirada en otra parte. Parece mentira que las recuerde una a una pero ¿quien  no iba a hacerlo? Quizás nunca entenderás cuanto me gustaba mirarte...
En este bote están tus palabras, quizás piensas que es demasiado pequeño pero es que me ha sido imposible recordarlas todas... O quizás es que sea de las que piensa que a veces las palabras son lo de menos, que se las lleva el viento y acaban aparcadas en algún otro lugar de la memoria al que no podemos acceder nunca más. Pero están tus buenos días, tus preguntas tontas, las ocurrencias que me hacían reír e incluso si hurgas un poco encontrarás la última frase que nos dijimos. Se metió en el fondo y fue imposible sacarla de ahí para intentar por lo menos olvidarla.
Esto no es tuyo pero también te pertenece. Hay algunos más rápidos, como los de cuando te acercabas demasiado y éramos capaces de respirar exactamente el mismo aire, en el punto en el que casi era capaz de oír hasta tus parpadeos. Los más lentos quizás vienen de las horas en las que pasé tumbada en la cama mirando al techo y pensando que en cuestión de horas volveríamos a cruzarnos. Y los otros pues... cuando simplemente te miraba y me mirabas y me hacías la persona más feliz de este planeta. Quizás no necesites mis latidos para nada, pero creo que yo tampoco los voy a utilizar en una larga temporada. 
También te puedes quedar mis recuerdos, es lo último que me queda por darte. A mi no me hacen falta para acordarme de ti... Así si algún día te sientes triste por cualquier cosa podrás rescatarlos de cualquier cajón y por lo menos saber que había alguien que te quería por encima de todos tus defectos y todas tus tonterías.

Bueno, creo que esto era todo, he intentado no quedarme nada, pero supongo que hay huellas que tardan tiempo en borrarse así que si quieres, dentro de unos años volvemos a pasar cuentas.
Solo espero que a partir de ahora tengas toda la suerte del mundo, yo podré vivir sin todas estas cosas y sé que al final terminaré por no echarlas de menos. Ni siquiera a ti.
Aunque pase lo que pase, si algún día decides volver, sé que bastará un solo segundo para volver a sentir de nuevo.