martes, 24 de enero de 2012

A echarte de menos.

Quizás el hecho de que esté aquí sola tenga algo que ver con el frío que cala en mis huesos. Un frío helado que lo destruye todo y congela cada parte de mi cuerpo. Y de pronto, casi no puedo moverme, paralizada enfrente de la nada y con un solo pensamiento en la cabeza: quiero tirar atrás el tiempo.
Ojalá supiera como se hace, ojalá fuera tan fácil como retrasar las manecillas de un reloj y así poder enmendar todos los errores que hemos cometido. Así quizás nunca nos arrepentiríamos de nada de lo que hiciéramos, y si fuera así, podríamos volver a hacerlo mejor. Yo no te habría dejado escapar, habría retrasado los minutos una y otra vez para volver a ver tu sonrisa y hubiera roto el cristal para que ese instante permaneciera para siempre. No es justo que tenga que estar aquí a 3000 km de tu lado sólo porque el tiempo pasa y alguien decidió una vez que nada dura eternamente y que todo lo que empieza, tiene que acabar. Yo sólo quiero enlazar finales, que éste sea el principio de otra historia completamente mejor y que tú seas protagonista de cada una de ellas.
Yo sólo quiero tenerte cerca una hora al día y saber que podemos ser felices, es más, tener la certeza completa de que lo somos.
Pero ahora mismo, ese frío que arrasa con todo me impide hasta pensar en ti. Y aunque no tenga nada a mi alrededor, todo lo que me rodea me lleva a echarte de menos.

lunes, 23 de enero de 2012

Sin ti.

Tu sonrisa.
Tu pelo.
Tu mirada.
Tu voz, el sonido de tu risa.



Tú, tú. Cuando sólo existías tú y ahora que no estás. Cuando te miraba y sentía que se detenía el tiempo. Y ahora qué, ¿quien va a hacer volar mis mariposas? ¿Quien va a cruzarse por mi mente cuando no crea en nada más? ¿Quien va a sacarme esas sonrisas?
Nadie. Porque nadie sabe hacerlo como lo haces tú, simplemente porque cuesta creer que encontraré a otra persona que sin mover un dedo me haga sentir lo mismo que tú. No puedo hacerme a la idea que voy a olvidarte, que sin querer vas a pasar a ser parte de la historia de mi vida. Cuesta saber que voy a dejar de echarte de menos algun día, simplemente porque ahora cuesta imaginarme que voy a aprender a vivir sin ti. Porque no puedo, porque no me entra en la cabeza... Porque te seguiré queriendo, joder. Tampoco era tan fácil de entender.
Son tus palabras, tus abrazos y tus sonrisas. Que se me han quedado clavadas y no sé como apartarlo sin hacerme daño a mi también. En fin, supongo que es lo último que puedo decirte, que jamás voy a olvidar este tiempo contigo. Cuesta mirar adelante cuando conoces a alguien que te para el tiempo a su antojo, pero sé que podré hacerlo.

Quizás algun día sea feliz sin ti.

miércoles, 4 de enero de 2012

Invisible

Una lágrima bajó por su mejilla a la velocidad de la mano que ahora mismo le atizaba la cara. Abrió los ojos sorprendida, mientras aún le quemaba la cara en el lugar donde hacía unos segundos le habían dado el golpe. Y entonces no fue capaz ni de llorar, corrió hacia su habitación, cogió su chaqueta y marchó en silencio, con el único sonido de las huellas de sus pasos rápidos en el suelo como banda sonora de su marcha. Llevaba algo de dinero en el bolsillo pero de pronto, se vio sola enmedio de la calle, la noche caía encima de sus hombros y ella sin darse cuenta, empezó a llorar. Y una persona se le cruzó por la mente. La única a la que quería ver, la única que quería que le abrazara hasta quedarse dormida y olvidarse de todo. Y echó a andar.

Pero cuando llegó a su puerta, no supo qué hacer, qué decir, como reaccionar. Tras media hora de dudas estúpidas, tocó el timbre con la mano temblorosa y esperó. Se le dibujó una sonrisa tonta en la cara cuando oyó su voz al otro lado del intérfono, y de pronto no supo que decir. Pidió que bajara y enseguida le tuvo enfrente, con las manos en los bolsillos y un interrogante dibujado en la cara.
-¿Que haces aquí?
-No tengo dónde ir.
Y dicho esto, se derrumbó entre sus brazos, y empezó a relatarle todo palabra por palabra, mientras su hombro quedaba mojado por todas las lágrimas que caían ahora sin freno alguno. Vio que cada vez más, la compasión se reflejaba en sus pupilas, y le tendió la mano para que pasara. Ella insistió en que no hacía falta que le ofreciera su casa, que simplemente con haber estado ahí ese momento, le había bastado. Pero ambos comprendieron que realmente, necesitaba quedarse allí, así que subieron hacia arriba, con las manos entrelazadas de manera casi inconsciente y llegaron a un salón amplio. Se tumbó en el sofá y se terminó de secar las lágrimas con la manga. La observaba desde la otra punta del salón. Y ella lo vio, y sonrió.
-No me mires así...
-¿Así como?
Se acercó, sin apartar la vista de sus ojos azules, con una sonrisa torcida en la boca.
-Pues así.
-¿Porqué?
-Porque me pongo nerviosa.
Con un dedo le rozó el cuello y sin querer, ella soltó un suspiro. Luego, su mano aterrizó encima de la suya y se acercó, se acercó cada vez un poco más, manteniendo la vista en sus ojos. Bajó la vista y deseó con todas sus fuerzas que el corazón no le estallara en ese momento, pensaba que los latidos retumbarían por las paredes de la casa pero parecía que ni siquiera se daba cuenta. Un centímetro más.
-Salva tu la distancia que nos separa.

No podía, no debía, pero se moría por hacerlo. Así que se acercó, y esta vez la distancia entre ambos labios se volvió invisible.

martes, 3 de enero de 2012

Al final.

Con el tiempo tendré que empezar a olvidarte. Quizás podría ir adelantándome el trabajo e ir quitándome de la cabeza tu sonrisa. Voy a dejar de pensar en tus ojos y en tu mirada, en como fijas la vista en mi y te acercas. En que luego me hablas y yo caigo al suelo en espiral. En que todo lo que existe es tú. Voy a quitarme el vicio de escuchar tu voz y las ganas de querer volver a verte, voy a romper mis promesas de estar siempre a tu lado, voy a coger mi corazón en una mano y me voy a ir. Tendría que descolgarme de tu sonrisa y volver a normalizar mi pulso cada vez que leo tus mensajes, dejar de ilusionarme como una tonta cuando veo tu nombre. Debería ir dejándote de querer ahora, porque cuando ya no esté a tiempo y tú estés lejos, va a doler aun más. Debería quitarme de la cabeza la idea de decirte que te quiero, las locuras que pensaba compartir contigo y los planes que tenía a tu lado. Dejar de contar estrellas y los días para que me abraces de nuevo. Dejar de repetir todos nuestros momentos en mi cabeza como un replay y dejar todo esto atrás. ¿Porqué haces que me sienta así, maldita sea?


No, escúchame, trátame mal, deja de guiñarme el ojo, deja de reírte de esa manera, deja de comportarte de una manera tan estúpidamente dulce y deja de alegrarte al verme. No me sonrías más así, que al final voy a enamorarme de ti.

Barreras.

La forma en la que la miras, quizás no te das cuenta pero parece que cuando fijas tu vista en sus ojos, no exista nada más. Me gusta como sonríes cuando se acerca, como parece que se te va la vida si la ves triste. Me gusta el brillo que desprendes cuando te abraza, cuando te toca el pelo.
Me gusta verte feliz así, me gusta tu sonrisa cuando piensas en ella. Y me conformo en ser yo la que sonría de lejos mientras te veo a ti, mientras pienso que la distancia que nos separa es infinitamente inalcanzable. Que hay una barrera que lo cambia todo, la barrera que nos separa a ella y a mi. Algo que nunca podré llegar a ser. Todo lo que significa ella para ti. Eso es inigualable, son demasiados recuerdos, demasiados momentos. Y sin saberlo del todo, lo sé, lo veo. Lo noto. Cuando alguien es feliz de ese modo se le ilumina la cara de una forma tan especial...

Y de lo único que me arrepiento, es de habernos conocido de la forma en la que nos conocimos. Tirar atrás y comprar cualquier otro comienzo. De ese modo, quizás no habría barrera, quizás podría luchar. Quizás algun día yo pudiera ser ella, o incluso más. De ese modo, creo que llegaría a ser más feliz si la persona por la cual se te iluminara la cara, fuera yo.

-Tengo un problema...

-¿Cuál?
-Que quiero que sea tu sonrisa la que se despierte a mi lado todos los días de mi vida.


Susurré esas palabras detrás de sus huellas, mientras el viento helado me rozaba la piel, recordándome una vez más que ya no estaba aquí.

lunes, 2 de enero de 2012

Sé que nunca te enamoré, que nunca te revolví el corazón ni te emocionaste por mi. Sé que estando lejos no te acordabas de mi, ni me extrañabas... Perdí totalmente la cabeza por ti, te busqué, te busque y tú aun más te alejabas. Escuché 1000 consejos y seguí haciendo lo mismo, te lloré, te amé, te esperé, te eché de menos, te volví a llorar, me volvías a hacer daño, y yo seguía en lo mismo. No es fácil olvidar asi de la nada cuando amas, tampoco es fácil fijarse en otra persona cuando tienes a alguien en la cabeza. Tú nunca entendiste lo que sentía por ti, nunca fuiste capaz de ver que te amaba de verdad, que siempre pensaba en ti, y que nunca estuve tan pendiente de alguien como de tí, de como me preocupaba cuando estabas mal. Pero todo se supera, todo pasa, al principio duele, cuesta, y hasta arañé las paredes para evitar buscarte... Pero sé bien una cosa, puedes estar con quien se te cruce, acostarte con la primera persona que conozcas en una noche, estar con alguien de pareja, pero si hay algo que doy por seguro, es que jamas nadie te va amar, ni llorar de la manera en que lo hice yo, jamás... Eres un mal recuerdo, algo que poco a poco se desprende de mi, después de lo malo llega algo mejor, y sé que no te mereces nada de mi. Por eso ya no pienso buscarte ni perder mi tiempo contigo, demasiado sufrí, lo suficiente te lloré, y sin medidas te amé, pero hasta aquí llegué, que seas feliz.


(Grupos de Facebook que relatan tu vida).

domingo, 1 de enero de 2012

Fácil

Me preguntan porqué no.

¿Y él¿ Joder, es guapo.
¿Y él? Te trata muy bien, es muy mono...
Te quiere, dale una oportunidad. 


Pero siempre es no, siempre es lo mismo. Ninguno convence, ninguno es suficientemente lo que quiero. Con ninguno me siento yo. Todo es forzado, parece que lo único que necesito es algo fácil e intentar ser feliz con eso, pero esque no puedo. Ya me gustaría a mi que todo fuera tan sencillo y que simplemente pudiera obligarme a tener ganas de ver a alguien, a notar ese vacío en el estómago cuando no está, a que se me desbordara el corazón cada vez que oyera su nombre. Pero esque esas cosas no pueden premeditarse... Y cuando pienso en porqué no, en porqué él, el otro, y el otro no... Sé que conozco de sobras la respuesta.

Porque nunca seran tú.