martes, 1 de diciembre de 2015
Universos
Para qué necesito el Sol si el planeta en el que vivo sólo gira entorno a ti. Pertenezco a un sistema situado entre tus sábanas, y sé que hay estrellas porque las veo cada vez que te tengo entre las manos. Si tú y yo chocamos en el espacio, eso sí que fue explosión y no el big bang. Ni la fuerza de la gravedad me habría arrastrado hasta el suelo, pero para qué querría el cielo si a ti ya te tengo aquí. Para qué buscar tan lejos la luz de las estrellas cuando tú estás en la Tierra, no se me ocurre mejor paraíso que escondida entre tus piernas. Y es que a veces tú sonríes y también sabes a nubes, y otras a lluvia y a tormenta. Pero si tú eres la tormenta que no llegue nunca la calma, y que espere en blanco y negro el arco iris a que acabes de besarme. Y que amor sea también mirarte, porque sonríes y hasta el aire se queda sin oxígeno... y yo sin aliento, como si en una carcajada hubieras sido capaz de deshincharme por dentro. Que la magia existe y lo sé cuando tú ríes, y parece música lo que antes sonaba a ruido. Y esto, amor, es incluso más grande que la fuerza de cualquier meteorito, y si el universo es infinito, quiero un universo contigo.
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