lunes, 22 de agosto de 2011

Y tú ¿crees en el amor a primera vista?

Una vez me preguntaron si era posible enamorarse en sólo 3 segundos.
En el momento en el que le conocí, descubrí que sí. Solamente este pequeño espacio de tiempo fue necesario para llegar a quererle con toda mi fuerza. Supe des del primer instante que había empezado a formar parte de mi historia y de lo que era o llegaría a ser.

Cada momento en el que le veía, mi corazón se disparaba como si estuviera en una montaña rusa, alcanzando el momento máximo de adrenalina si acercaba su mano a mi pelo.Puedo recordar cada centímetro de su piel y tener la certeza de que si se acercaba más del límite permitido, perdía la respiración. Yo misma me asusté de la fuerza con la que entró en mi vida en solo 3 segundos.

Me envolvía con su aire y me arrastraba flotando por cada partícula que le rodeaba, provocando una sensación de vértigo aterradora dentro de mi, al verme encima del precipicio que se extendía bajo mis pies, ese en el que caería el día en que desapareciera de mi vida. Siempre estuve segura de que nuestra historia no era real, pero mi imaginación se empeñaba en demostrarme que podía ganarme todas las partidas y construía un mundo en mi mente donde no existía nada más que él y yo y un cielo bajon el que pararnos a mirar las estrellas. Sabía que le gustaba hacer eso, y cada cita que teníamos en los 20 cm cúbicos de mi subconsciente, entre sueños y ensoñaciones varias, significaban un mundo para mí y me dibujaban una sonrisa en la cara que me costaba disimular. Seguí con fuerzas solo porque sabía que podía aparecer por la esquina en cualquier momento y que me iba a mirar, me iba a sonreír y luego sus ojos azules se alejarían con un guiño que me haría caer irreparablemente hacia el suelo, en una caída libre de la cual no conocía el impacto. A veces sentía calor cuando le miraba, me sentía viva y me sentía llena. A veces me helaba de frío y tenia que apartar la mirada antes de que pudiera darse cuenta que estaba rompiendo mi alma en mil pedazos diminutos.

Pero no dejé ni un segundo de pensar que era yo quien quería rodear sus brazos cuando estuviera triste, que era yo quien quería recorrer con besos toda su espina dorsal para aterrizar en su cuello, que quería robarle un suspiro y un sentimiento, que quería un momento mágico a su lado. Un momento que nos perteneciera en exclusiva, para que luego pudiera recordarlo y sonreír para sus adentros. Quería que él estuviera tan seguro como yo y lo quisiera dar todo por mi. Y aunque no hubiese querido, yo sí lo habría dado todo por él. Habría dado mi vida y le habría dedicado todos los latidos de mi corazón, porque en ese momento creía que era la única persona que me hacía falta para seguir adelante, que era demasiado duro sin verle aparecer y sonrojarme. Me quedaba mirándole de lejos y me salían rosas de la boca si me hablaban de él.

Estaba enamorada. 3 segundos que significaron una tormenta de sentimientos que arrasó con todo y me dejó sola en medio de la nada con el corazón en una mano y su nombre en la otra.

Luego, todo cambió y la tormenta pasó a calma, las cosas volvieron a su sitio y yo olvidé su nombre en un cajón. Pero no pude desprenderme de la huella permanente que había dejado al pisar mi corazón. Si repasaba la cicatriz con la punta de los dedos, leía entre líneas todo lo que quería vivir a su lado y era capaz de sentir de nuevo. Pero me había acostumbrado a su presencia y la montaña rusa poco a poco se desvaneció para dar paso a un suave paseo en góndola. No dejé de querer estar con él, siempre será alguien especial para mí, pero aunque a veces intentaba no creerlo, ya no sentía lo mismo.

Así que sí, es posible enamorarse en 3 segundos. El enamoramiento, esa sensación de andar a cinco centímetros del suelo, es un estado pasajero. Pero amar, querer para siempre... Quizás eso no se consigue ni con todo el tiempo del mundo.

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