<< Me gusta demasiado pensar en la primera vez que te vi y en cómo empezó todo. Entonces yo no sabía que estaría enamorada de ti desde ese milisegundo, ni tú imaginabas que ibas a revolucionar todos mis esquemas con sólo una sonrisa.
Y yo te miraba y pensaba que podría haberme perdido en tu ojos las veces que hiciera falta con tal de que me miraras y que te hubiera seguido a cualquier sitio si me lo hubieras pedido. Yo tenía demasiadas ganas de perderme contigo y tú querías que me perdiera calle abajo porque hay casualidades que no siempre llegan en el momento adecuado, y yo fui una de ellas.
Pero todo quedó atrás y sólo de vez en cuando eras capaz de sacarme una sonrisa, de revolver mi estómago con un par de notas pero todo lo que había empezado una noche como otra cualquiera, se apagó y cuando salió el sol yo no quería ni acordarme de tu nombre... >>
Sé que siempre te ha gustado saber como empezó todo, saber que me hicieron falta sólo siete segundos antes de que abrieras la puerta para saber que había empezado a quererte.
Y no sé cuantas veces llegué a contártelo. Sólo para que sonrieras y yo me muriera de vergüenza.
Y ahora que daría lo que fuera por contártelo un millón de veces más si hiciera falta.
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