martes, 5 de abril de 2011
Decisiones.
Si decides quererme, debes saber que no soy una persona fácil, no soy una persona perfecta, quizás sea el ser más imperfecto del mundo. Tengo mis errores, tropiezo diez veces con la misma piedra, juzgo a la gente antes de conocerla, me equivoco constantemente, discuto, lloro una vez al mes y a veces, sin saber porqué, me levanto de un humor tan extraño que ni siquiera yo sé lo que me pasa. Tengo mis manías, mis caprichos, mis ataques repentinos de felicidad y de ñoñerismo. Tengo mis momentos de quiero-estar-sola, mis cruces de cables, mis rayadas, mis preocupaciones. No soy responsable, ni soy ordenada, ni sé cocinar. No soy la más lista de mi promoción, se me dan fatal las matemáticas, no puedo analizarte una frase morfológicamente. A veces me muerdo las uñas, cuando estoy nerviosa, y entonces también me tiembla la pierna derecha. Cada domingo quiero ir al gimnasio pero luego nunca voy, eso si, puedo patearme horas yendo de compras. Tengo pequeños vicios que pueden sacarte de quicio, y me muevo cuando duermo. Pero no ronco, ni respiro fuerte, y soy capaz de estarme toda la noche abrazada a ti. No puedo llevarte al Ritz a cenar pero podemos sentarnos en el sofá y que nos traigan comida del telechino, no habrá velitas pero podemos iluminarnos con la luz de cualquier película ñoña de esas que me gustan tanto. Ni siquiera tengo coche, pero puedo convertir el vagón de metro más cutre en el trayecto más romántico que has visto en tu vida. Tengo mis defectos, pero prometo hacerte salir de casa con una sonrisa cada mañana. Y puedo hacer especial cada amanecer, si tú estás a mi lado. Puedo quererte aun más de lo que decidas quererme tu, y hacerte la vida más fácil. Y caminar contigo hasta el final, pase lo que pase. Puedo jurarte promesas que nunca voy a romper, y decirte que si estás conmigo todo va a salir mejor. Puedo hacer lo que sea con tal de que decidas quererme a mi.
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