viernes, 15 de abril de 2011
Subidas y bajadas.
Odio que la felicidad sea tan efímera, que con una palabra puedan acabar de destrozarte el día más feliz de toda tu vida, que tan solo en un segundo se desvanezca todo lo que llevas construyendo desde hace tanto tiempo. ¿No te gustaría a veces mandarlo todo a la mierda? Volatilizar cada una de las cosas que te rodean, desaparecer, estar sola en un sitio donde puedas gritar y gritar y nadie te diga nada. Donde no te miren y ni siquiera puedan escucharte. Un lugar donde la felicidad no está sobrevalorada, donde puedes estar triste, o puedes revolcarte de la risa. Un lugar donde los sueños se cumplen, y donde no tropiezas con la misma piedra dos veces. Donde ni siquiera de los errores aprendes, donde no te cansas de estar, donde puedas tener el derecho a contestar mal, a estar de mal humor, a no tener que sonreír, a no tener que ayudar a los demás cuando ni siquiera te encuentras a ti misma. Donde puedas desaparecer por instantes, donde simplemente no tengas que dar explicaciones. Y la gente no cambie con el tiempo. Y sentirte segura. Y vencer al miedo con solo una mirada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario